La Comisión
Europea ha dado a
conocer los planes para hacer frente al crecimiento exponencial del tráfico de
datos móviles e inalámbricos, permitiendo el uso compartido del espectro
radioeléctrico por las tecnologías inalámbricas, incluidas las de banda ancha.
Gracias a las nuevas tecnologías, es posible compartir el espectro
radioeléctrico entre varios usuarios, tales como los proveedores de servicios
de Internet, o utilizar con otros fines el espectro disponible en las
frecuencias no usadas de televisión, por ejemplo. La regulación nacional del
espectro no suele reflejar las nuevas posibilidades técnicas, con lo que se
expone a los usuarios de telefonía móvil y banda ancha al riesgo de un mal
servicio, según aumenta la demanda, y se impide la creación de un mercado único
para la inversión en tales mercados de telecomunicaciones.
Un planteamiento coordinado europeo para compartir el espectro dará
lugar a una mayor capacidad de la red móvil, a una banda ancha inalámbrica más
barata y a nuevos mercados, como el de los derechos secundarios negociables
para la atribución de un espectro determinado.
Como primera medida del nuevo Programa
de Política del Espectro Radioeléctrico (IP/12/141) de la
UE, la
Comisión pide:
1) a las autoridades de reglamentación, que apoyen la innovación
inalámbrica mediante el seguimiento y la posible ampliación de las bandas
armonizadas del mercado interior, para las que no hace falta licencia (las
llamadas bandas exentas de licencia) adoptando las medidas apropiadas de
conformidad con la Decisión
del espectro radioeléctrico (676/2002/CE);
2) que se fomenten planteamientos normativos coherentes en toda la UE en lo que se refiere a unos
derechos de uso que ofrezcan incentivos y seguridad jurídica a todos los
usuarios (actuales y nuevos) que puedan compartir los valiosos recursos del
espectro.
Antecedentes
El espectro radioeléctrico es un recurso sumamente valioso, pero
también cada vez más escaso. Una amplia gama de aplicaciones de diversos
sectores lo utiliza con frecuencia cada vez mayor y se trata de una condición
previa para la banda ancha inalámbrica. El aumento exponencial de la demanda,
impulsada, por ejemplo, por los dispositivos de informática móvil y los puntos
de acceso wifi, sin olvidar las redes eléctricas inteligentes y la
automatización industrial, supone que Europa debe utilizar este recurso
limitado de forma más eficaz que en el pasado.
Fuentes del sector predicen que el tráfico mundial móvil de datos
aumentará un 26 % anual de aquí a 2015. Para entonces, se podrán conectar
a Internet más de 7 mil millones de teléfonos, tabletas y otros dispositivos
móviles.
Otras innovaciones inalámbricas que usan el espectro son los sensores
y los mandos a distancia inalámbricos que hacen funcionar sistemas inteligentes
(por ejemplo, desconexión de las luces cuando no estamos en casa o regulación
de los sistemas de aire acondicionado según la temperatura). Solo en la banda
armonizada exenta de licencia de 863-870 MHz, se venden como mínimo 40 millones
de esos dispositivos al año en Europa.
Sin embargo, la demanda creciente de conectividad inalámbrica choca
con los límites de las radiofrecuencias disponibles para satisfacerla. Por
ejemplo, no queda ningún espectro vacío y el coste de reasignar espectro para
nuevos usos es elevado, especialmente si tienen que desconectarse los usuarios
actuales.
Gracias al progreso de la tecnología, el acceso compartido al espectro
libera recursos suplementarios sin menoscabar los derechos del titular
preexistente de la licencia de usar las frecuencias. Así, muchas nuevas
tecnologías inalámbricas están pensadas para compartir bandas para las que no
hace falta licencia (bandas exentas de licencia). Otras permiten utilizar
recursos del espectro adicionales ofreciendo, por ejemplo, servicios de banda
ancha inalámbrica en frecuencias no usadas por la televisión (los llamados
«espacios en blanco»).
Para maximizar los beneficios de estos planteamientos de cara a
compartir el espectro, han de eliminarse las barreras normativas y se deben
proporcionar incentivos a escala de la UE. En especial, se han de contemplar nuevos
enfoques en materia de normativa para conceder a los distintos usuarios,
incluidos los titulares actuales, derechos garantizados a utilizar una banda de
frecuencias determinada de forma compartida con unos niveles garantizados de
protección contra las interferencias.
La aplicación en curso del inventario del espectro de conformidad con
el PPER proporcionará información pertinente sobre el uso de las bandas de
frecuencias y, por lo tanto, hará más fácil determinar cuáles son las
oportunidades de reparto beneficioso en el mercado único, tanto en el espectro
sujeto a licencia como en el exento. Una vez creadas, esas oportunidades
beneficiosas de compartir también podrán registrarse en el inventario como
valores de referencia para otras zonas geográficas o para usos similares en
otras bandas de frecuencias.
La
Comisión desea
obtener el apoyo del Parlamento Europeo y del Consejo para establecer esta
normativa más avanzada en Europa.
Enlaces útiles
MEMO/12/636
Agenda digital: maximizar la eficiencia del espectro radioeléctrico
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