La
Comisión Europea ha publicado una propuesta
que combina en un marco conjunto dos programas escolares que hasta ahora han
estado separados: el programa de consumo de
fruta y el programa
de consumo de leche. En un contexto como el actual, caracterizado por el
consumo en descenso que hacen de esos productos los niños, el objetivo es
combatir con más eficacia la deficiente nutrición de los niños y niñas, reforzar la
dimensión educativa de los programas y contribuir a la lucha contra la obesidad.
Con el eslogan «Come bien – siéntete bien», el nuevo régimen que se propone para
la distribución de productos de la granja a la escuela hace mayor hincapié en
las medidas educativas con el fin de aumentar la sensibilidad de los niños ante
la necesidad de unos hábitos de alimentación saludables y para ampliar la gama
de productos agrícolas disponibles y abordar con más efectividad los temas
relacionados con la sostenibilidad, el medio ambiente y los residuos
alimentarios.
El
nuevo régimen funcionará dentro de un marco jurídico y financiero común,
mejorando y racionalizando los requisitos administrativos que contemplan los dos
programas actuales. Este marco único reducirá la carga gestora y organizativa
tanto para las autoridades nacionales como para las escuelas y sus proveedores,
haciendo así más eficaz el régimen. La participación en él de los Estados
miembros será voluntaria y estos, además, gozarán de flexibilidad para elegir
los productos que deseen distribuir.
Como
ya se programó en el acuerdo del pasado año sobre los gastos futuros de la UE,
el nuevo régimen, una vez que se apruebe, tendrá un presupuesto de 230 millones
de euros por curso escolar (150 millones para las frutas y hortalizas y 80
millones para la leche). Esta cifra contrasta con el presupuesto de 197 millones
de euros (122 y 75 millones, respectivamente) disponible para 2014. La
propuesta, que se presentará ahora al Parlamento Europeo y al Consejo, se basa
en los resultados de los informes de evaluación y de la consulta
pública que se realizó en 2013 como parte del proceso de la evaluación de
impacto.
Contexto
El
programa de consumo de leche se estableció en 1977 y el de consumo de fruta en
2009. Uno y otro programa benefician cada año a cerca de 30 millones de niños
(el primero a más de 20 millones y el segundo a 8,5 millones). La necesidad de
estos programas parece hoy incluso más apremiante que en el pasado si se tienen
en cuenta los desafíos nutricionales que comienzan a registrarse en la
actualidad, así como la tendencia a la baja que presenta a medio plazo el
consumo de frutas y hortalizas y de leche. En la mayor parte de los países, el
consumo infantil de frutas y hortalizas está en declive —al igual que el de
leche de consumo— y se mantiene por debajo de la ingesta diaria recomendada. La
alimentación de los niños, además, se está desplazando hacia el consumo de
productos fuertemente transformados. Tanto el sobrepeso como la obesidad son hoy
problemas innegables: la OMS calculó en 2010 que aproximadamente 1 niño de cada
3 de entre seis y nueve años sufre en la UE de sobrepeso o de obesidad, y esta
tendencia está aumentando con gran rapidez (las estimaciones de 2008 situaban
esa cifra en 1 niño de cada 4).
Información
complementaria
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