jueves, 2 de mayo de 2013

El vicepresidente económico Olli Rehn estrena blog


El vicepresidente de la Comisión Europea y Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha abierto un blog personal en Internet donde compartirá sus opiniones sobre economía europea y sobre Europa en general. Rehn ha estrenado el blog con una entrada titulada Brechas de percepción y trampas financieras, donde reflexiona sobre la dualidad entre austeridad y gasto y analiza las políticas económicas impulsadas por la Comisión.
El comisario finlandés Rehn ya tiene experiencia como columnista, pues desde 1985 ha colaborado en diversos medios. Las nuevas herramientas de comunicación, como los blogs, permiten mayor difusión en menos tiempo y el acceso directo a los usuarios. Por ello el Comisario ha puesto en marcha este proyecto con la voluntad de compartir periódicamente con los ciudadanos reflexiones sobre economía y política europea.

En su primera publicación en el blog, Olli Rehn hace una reflexión sobre la situación económica en Europa y la dicotomía "austeridad" versus "gasto". Rehn explica que, "leyendo las noticias de los últimos días, parece como si se estuviera produciendo un cambio fundamental en la política económica de la Comisión", pero advierte que "esta percepción es errónea" y explica su posición con ejemplos concretos y hablando de casos como el español y el irlandés. El Comisario, que afirma que no se posiciona en ninguno de los dos lados, anima a ir más allá de las caricaturas, "en blanco y negro", porque la realidad es más compleja.

Esta es la traducción al español de la primera entrada del blog de Olli Rehn.

Brechas de percepción y trampas de financiación ( 26 de abril de 2013)

El debate público actual sobre política fiscal se ve a menudo como una batalla política entre austeridad y gasto. Como agnóstico en la materia, no quiero tomar partido ni por unos ni por otros, porque no hay ninguna receta mágica ni movimiento único que pueda solucionar la crisis actual y encaminar Europa hacia una recuperación sostenida. Además, fijarnos sólo en la política fiscal es dejar de lado el hecho de que tanto la prosecución de las reformas estructurales como la facilitación de las condiciones de crédito son al menos tan importantes como esta para lubricar el motor económico y hacerlo funcionar con todo su potencial de crecimiento.

Leyendo las noticias de los últimos días, parece como si se estuviera produciendo un cambio fundamental en la política económica de la Comisión. Este vacío de percepción está derivando en una visión generalizada y persistente de que la política económica de la Comisión consiste en una rígida insistencia en el saneamiento presupuestario y poco más. Pero, en realidad, hemos insistido en que las reformas estructurales dirigidas a potenciar el crecimiento sostenible y la creación de empleo son, al menos, tan importantes como la política fiscal sana. Y, en este sentido, Europa está avanzando. Los últimos años la mayoría de los países europeos ha introducido importantes reformas estructurales, especialmente de los mercados laboral y de productos.

La política económica de la UE orientada a promover el crecimiento económico sostenible y la creación de empleo y a contener el aumento de la deuda. Para alcanzar ambos objetivos, que están relacionados y se complementan mutuamente, fomentamos el equilibrio de las finanzas públicas con una política fiscal coherente, reduciendo los déficits estructurales a medio plazo.

De acuerdo con esta política, en Europa actualmente el ritmo del saneamiento presupuestario está bajando. Este año, el esfuerzo presupuestario estructural se sitúa en la eurozona en torno a los tres cuartos de punto porcentual del PIB, la mitad del punto y medio del año pasado. Las decisiones que han conducido a esta reducción se tomaron en 2012, de acuerdo con las recomendaciones de la Comisión de la pasada primavera. En comparación, este año los Estados Unidos están reduciendo su déficit alrededor de un 1,75%, proporcionalmente el doble que en Europa.

La bajada del ritmo de saneamiento presupuestario en la UE ha sido posible gracias a tres factores: en primer lugar, el aumento de la credibilidad de la política fiscal que los Estados miembros de la eurozona han alcanzado desde 2011, en segundo, el acción decisiva del BCE para estabilizar los mercados y, en tercer lugar, la reforma de la gobernanza económica de la UE, que ofrece un marco eficaz para un ajuste presupuestario diferenciado y el avance de las reformas estructurales.

Gracias a estos factores, hemos facilitado una política fiscal con una perspectiva más a medio plazo. Esto no fue posible en 2010-2011, cuando varios países de la eurozona estaban en riesgo de insolvencia o caída libre a la turbulencia de unos tipos de interés prohibitivamente altos. Entonces, muchos Estados miembros tuvieron que recuperar la credibilidad de su política con decisiones difíciles para que las finanzas públicas fueran sostenibles.

En este contexto, quiero añadir una palabra sobre el actual debate referente al estudio de Reinhart-Rogoff de la correlación entre la deuda y el crecimiento.

La relación causal concreta entre los niveles de deuda y el crecimiento es compleja. No hay una norma fija, sino que influyen muchos factores específicos de cada país.

Un ejemplo: los Estados Unidos tienen la ventaja de una moneda de reserva internacional que le da más tolerancia a la deuda que un país pequeño de la eurozona enfrentado desde el inicio a la disciplina del mercado.

Otro ejemplo: el nivel de crecimiento bajo o negativo de Irlanda o España no es el resultado de un déficit público alto. Por el contrario, tanto el bajo crecimiento como la elevada deuda son el resultado de las crisis financieras y bancarias que siguieron a una acumulación insostenible de deuda privada. Pero surja de donde surja, el déficit público elevado seguirá teniendo un impacto en el crecimiento en los próximos años, especialmente si los inversores que exigen altas primas por la deuda consideran que puede convertirse en insostenible.

¿Cuál podría ser la conclusión política pertinente de este debate académico? Para conseguir un crecimiento sostenible, es necesario contener la deuda pública creciente con políticas fiscal consistentes a medio plazo, con vistas a un ajuste gradual. Junto a este ajuste, es necesario apoyar el crecimiento con reformas estructurales que refuercen la competitividad (como en Francia) y/o la demanda interna (como en Alemania), y con inversión pública y privada.

Actualmente, las condiciones de financiación excesivamente rígidas son un obstáculo persistente para la recuperación del crecimiento, especialmente en el sur de Europa. La trampa de la liquidez es, de hecho, la trampa de la financiación, en la que el crédito o bien no está disponible, o bien está disponible en unos tipos de interés prohibitivos.

Hay que hacer todos los esfuerzos posibles para resolver esta prioridad urgente, de manera que los negocios que exportan y crean trabajo obtengan la financiación que necesitan para apoyar el crecimiento y el empleo.

Más allá de las caricaturas en blanco y negro de los partidarios de la austeridad o del gasto, lo cierto es que la política fiscal en Europa está dibujada en varias escalas de gris. En estos momentos de crisis hay que enfrentarse a opciones difíciles en todas y cada una de las decisiones, lo que quiere decir que las explicaciones preconcebidas ofrecen una guía demasiado pobre para nuestra realidad compleja. Por eso es mejor ir más allá de las caricaturas y cubrir el vacío de percepción. Estamos afrontando retos decisivos, por eso hay que mantener el camino de las reformas en interés de los europeos y por el bien del crecimiento sostenible y el empleo.


Enlace al blog original:
http://blogs.ec.europa.eu/rehn/of-perception-gaps-and-financing-traps/

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