Tras la
reciente entrada en vigor del nuevo Reglamento Financiero, la Comisión ha adoptado sus
nuevas normas de desarrollo. Gracias a unos procedimientos más simples, a
partir del 1 de enero de 2013 mejorará la concesión de fondos de la UE a las empresas, ONG,
investigadores, estudiantes, municipios y otros beneficiarios.
Antecedentes: El Reglamento Financiero es la piedra
angular de las normas financieras de la UE. Establece los
principios del presupuesto de la UE
y regula la manera en que se gastan los fondos de la Unión. La versión actual
se adoptó en 2002 y su modificación más reciente tuvo lugar en 2010 para tener
en cuenta la creación del Servicio Europeo de Acción Exterior. El procedimiento
legislativo de esta revisión más a fondo lo inició la Comisión en diciembre de
2010, cuando su propuesta de revisión del Reglamento Financiero abordó los
principales problemas planteados por los beneficiarios de los fondos de la UE. Las nuevas normas se
centrarán en un acceso más sencillo y rápido a la financiación, al tiempo que
se refuerza la responsabilidad de quienes gestionan el dinero de los contribuyentes
europeos.
Tras su
adopción formal el 25 de octubre y su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea,
el Reglamento Financiero entró en vigor el 27 de octubre de 2012.
En este
contexto, la Comisión
ha adoptado ayer (29 de octubre) las nuevas normas de desarrollo del Reglamento
Financiero, que incluyen las normas detalladas relativas a la gestión
financiera y complementan al Reglamento Financiero. En los dos próximos meses,
el Parlamento Europeo y el Consejo pueden manifestar objeciones o hacer
observaciones a estas normas de desarrollo propuestas por la Comisión. Tras su
publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea y
entrada en vigor a finales de diciembre de 2012, las nuevas normas de
desarrollo comenzarán a ser de aplicación a partir del 1 de enero de 2013,
junto con el nuevo Reglamento Financiero.
Enlace a:
MEMO/12/795
El Reglamento Financiero revisado contiene numerosas mejoras
que facilitarán la vida de los beneficiarios de los fondos de la Unión. Se
reducirá el plazo que transcurre entre las convocatorias de propuestas y la
celebración de los convenios de subvención, así como los plazos de pago. Se
cambiará la orientación del sistema de subvenciones, que pasará del reembolso
de las declaraciones de gastos a los pagos
por la consecución de resultados a través de un mayor uso de cantidades fijas
únicas, tipos fijos y costes unitarios. Un mayor uso de premios, otorgados al ganador de concursos que se
organizarán para ofrecer la solución a un problema predefinido («premios de
estímulo»), contribuirá también a simplificar
la administración, y a que la
financiación de la UE
se oriente a la consecución de resultados. Ya no se obligará a los
beneficiarios de los fondos de la
UE a abrir cuentas bancarias independientes remuneradas.
Además, aunque se devenguen intereses, no tendrán que devolverse al presupuesto
de la UE ni se
contabilizarán como ingresos del proyecto. Se da respuesta así a una de las
inquietudes más importantes de los beneficiarios de subvenciones y otras partes
interesadas, en particular del colectivo de investigadores y ONG, que se
planteó durante la consulta pública de 2009, previa a la propuesta de la Comisión de 2010.
Las
nuevas normas reforzarán la responsabilidad de los gestores del dinero de los
contribuyentes de la UE. Ello
concierne especialmente a los Estados miembros, que son quienes ejecutan una
gran proporción del presupuesto de la
UE, incluida su política regional. En el futuro, las autoridades de los Estados miembros que
gestionen fondos de la UE
deberán firmar y presentar a la
Comisión declaraciones anuales que certifiquen que los fondos
de la UE se han
utilizado correctamente.
Se han reforzado los mecanismos para introducir
correcciones financieras en caso de irregularidades cometidas por los
beneficiarios y descubiertas mediante auditorías: como elemento disuasorio, la Comisión publicará las
decisiones por las que se impongan sanciones por el uso indebido de los fondos
de la UE.
En el
futuro, se utilizarán diversos
instrumentos financieros, como préstamos, capital o garantías para aumentar la
eficacia de los fondos de la UE
y multiplicar así su impacto financiero. Se crean nuevas posibilidades para
aplicar de forma más flexible las asociaciones público-privadas (APP), que
reflejan los requerimientos de las partes interesadas de la industria europea
que participan en ellas.
Con la
adopción del nuevo Reglamento Financiero no se detendrá el proceso de
simplificación de las normas y procedimientos. La Comisión seguirá
avanzando en sus múltiples propuestas de simplificación de modo que estén
firmemente ancladas en la nueva generación de programas (2014-2020),
actualmente en fase de negociación en el Consejo y el Parlamento Europeo.
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