En 
Europa las mujeres siguen trabajando «gratis» 59 días al año: así lo indican las 
últimas cifras publicadas hoy por la Comisión Europea. La brecha salarial entre 
hombre y mujeres (diferencia media entre los ingresos por hora de las mujeres y 
los hombres en todos los sectores de la economía) apenas ha variado en los 
últimos años, manteniéndose cercana al 16 % (este año, al igual que el pasado, 
es del 16,4 %). Este porcentaje determina que, por segundo año 
consecutivo, el Día europeo de la igualdad salarial se celebre un 28 de 
febrero: en efecto, este acontecimiento paneuropeo marca la fecha del nuevo 
año civil a partir de la cual las mujeres comienzan en realidad a ser 
remuneradas por su trabajo de forma comparable a los hombres; dicho de otro 
modo, las mujeres deben trabajar actualmente de manera «gratuita» 59 días hasta 
situarse en el mismo nivel salarial que los hombres. Es la cuarta vez que 
el Día de la igualdad salarial se celebra a escala europea: el 5 de marzo 
de 2011, la Comisión lanzó esta jornada (IP/11/255), 
la segunda se celebró el 2 de marzo de 2012 (IP/12/211) 
y la tercera, el 28 de febrero de 2013 (IP/13/165). 
«El 
Día europeo de la igualdad salarial nos recuerda las desiguales condiciones 
salariales que se aplican aún a las mujeres en el mercado laboral. En los 
últimos años, la brecha salarial apenas ha experimentado una leve disminución. 
Por si fuera poco, esa muy ligera tendencia a la baja se ha debido esencialmente 
a la crisis económica, que ha provocado una reducción de los ingresos de los 
hombres, y no al aumento de los sueldos de las mujeres», ha indicado Viviane 
Reding, vicepresidenta y comisaria de Justicia de la UE. «La igualdad de 
remuneración por un mismo trabajo es uno de los principios fundamentales de la 
UE pero, desgraciadamente, todavía no es una realidad para las mujeres en 
Europa. Tras años de pasividad, ha llegado el momento de impulsar el cambio. La 
Comisión Europea está preparando actualmente una iniciativa que lo ponga en 
marcha para que, en un futuro próximo, no haya que celebrar ningún Día de la 
igualdad salarial más.»
La 
brecha salarial entre hombres y mujeres se expresa como porcentaje de los 
ingresos de los hombres y representa la diferencia entre la remuneración media 
bruta por hora de los empleados de sexo masculino y los de sexo femenino en 
todos los sectores de la economía de la UE. Las últimas cifras ponen de 
manifiesto que la media de la Unión Europea en 2012 era del 16,4 %, lo 
que refleja su estancamiento tras la tendencia ligeramente descendente 
registrada en años recientes con respecto a los porcentajes del 17 % o más 
de periodos anteriores. De hecho, se observa una constante tendencia a la baja 
en Dinamarca, la República Checa, Austria, los Países Bajos y 
Chipre, mientras que en otros países (Polonia, Lituania), esa tendencia a 
la baja se invirtió en 2012. En algunos países como Hungría, Portugal, 
Estonia, Bulgaria, Irlanda y España, la brecha salarial entre hombres y 
mujeres se ha agrandado en los últimos años.
La 
paulatina reducción de la brecha salarial obedece a diversos factores, como el 
aumento de la proporción de trabajadoras con un nivel de educación superior o el 
mayor impacto de la recesión económica en algunos sectores con predominio 
masculino, como la construcción o las obras públicas. El cambio no se debe 
únicamente, por lo tanto, a la mejora de las condiciones salariales y laborales 
de las mujeres.
El 
informe presentado por la Comisión Europea en diciembre de 2013 sobre la 
aplicación de las normas de la UE en materia de igualdad de trato laboral a las 
mujeres y los hombres (Directiva 
2006/54/CE) puso de manifiesto una serie de factores que 
dificultan la igualdad salarial, como la falta de transparencia de los sistemas 
de remuneración, la falta de claridad jurídica en lo que se entiende por trabajo 
de igual valor y los obstáculos prácticos. Como ejemplo de estos últimos cabe 
citar la falta de la información necesaria para que los trabajadores puedan interponer con éxito una demanda de igualdad 
salarial o la no publicación de información sobre los niveles salariales 
correspondientes a las distintas categorías de empleados (IP/13/1227). 
El aumento de la transparencia en materia de retribución salarial podría mejorar 
la situación individual de las víctimas de la discriminación salarial, 
facilitando su comparación con los trabajadores del sexo opuesto. 
La 
Comisión está estudiando actualmente diversas posibilidades de intervención a 
nivel europeo para aumentar la transparencia salarial y con ello acortar las 
diferencias salariales entre hombres y mujeres, contribuyendo a promover y 
facilitar una aplicación efectiva en la práctica del principio de igualdad de 
remuneración.
Antecedentes
La 
igualdad de género es uno de los principios fundamentales de la Unión Europea; 
el principio de igualdad de remuneración está consagrado en los Tratados desde 
1957 e incorporado a la Directiva 
2006/54/CE, relativa a la aplicación del principio de igualdad de 
oportunidades e igualdad de trato entre hombres y mujeres en el empleo y la 
ocupación.
El 
9 de diciembre de 2013, la Comisión aprobó un informe en el que se evaluaba la 
aplicación práctica de las disposiciones sobre igualdad salarial en los países 
de la UE (IP/13/1227). 
En él se llegaba a la conclusión de que el principal reto para todos los Estados 
miembros será en el futuro la correcta aplicación y el control del cumplimiento 
de las normas establecidas en la Directiva 
2006/54/CE. 
Además 
de supervisar la correcta ejecución de la legislación de la UE, la Comisión ha 
proseguido su actividad en todos los frentes para acortar la brecha salarial, 
con iniciativas como la denominada «La 
igualdad es rentable», que, a lo largo de 2012 y 2013, ayudó a 
las empresas a acortar la brecha salarial con la organización de talleres y 
actividades de formación; las Recomendaciones 
específicas por países anuales emitidas en el proceso del 
Semestre Europeo, que llaman la atención de los Estados miembros sobre la 
necesidad de resolver las diferencias salariales; la organización de Días de la igualdad 
salarial; el 
intercambio de las mejores prácticas; y la financiación de 
iniciativas de los Estados miembros con cargo a los Fondos Estructurales y 
de 
acciones de la sociedad civil. 
Entre 
los ejemplos de buenas prácticas nacionales en pro de la igualdad 
salarial destacan los siguientes:
- En 2012, el Parlamento belga aprobó una ley que obliga a las empresas a realizar, cada dos años, un análisis comparativo de su estructura salarial. Además, Bélgica fue el primer país de la UE en organizar un Día de la igualdad salarial (en 2005).
- El Gobierno francés ha endurecido las sanciones contra las empresas con 50 empleados o más que no respeten sus obligaciones de igualdad de género. En aplicación de un decreto de 2012, dos empresas fueron declaradas culpables de incumplimiento de la legislación sobre igualdad salarial en abril de 2013.
- La Ley austríaca sobre igualdad de trato obliga a las empresas a elaborar informes de igualdad salarial. Esta normativa se introdujo gradualmente, siendo obligatoria para las empresas de más de 1 000, 500 y 250 empleados. A partir de 2014, la obligación se extenderá a las de más de 150 empleados.
- La Resolución portuguesa de 8 de marzo de 2013 incluye medidas dirigidas a garantizar y promover la igualdad de oportunidades y de resultados para hombres y mujeres en el mercado de trabajo, lo que incluye la eliminación de las diferencias salariales. Las medidas incluyen la presentación de informes sobre diferencias de remuneración.
Comisión 
Europea – Brecha salarial entre hombres y mujeres:
Página 
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