A pesar de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inmensa mayoría de los europeos no come suficiente fruta y verdura. La OMS considera que una dieta equilibrada debe incluir por lo menos 400 g de fruta y verdura al día. Asimismo, los expertos en nutrición coinciden en señalar que, para gozar de buena salud, es imprescindible comer fruta y verdura, unos alimentos seguros y saludables.
Generación tras generación, la historia se repite: en comparación con nuestros padres y abuelos, cada vez comemos menos fruta y verdura. Y nuestro consumo ha bajado aún más tras la crisis del E. Coli del pasado mes de junio. Desde entonces, el consumo ha repuntado ligeramente, aunque sin llegar todavía a unos niveles normales, a pesar de que ya sabemos con seguridad que los pepinos, pimientos, tomates o calabacines nada tuvieron que ver con ese brote. Y que las normas de seguridad alimentaria de la UE están consideradas las más exigentes del mundo.
En las últimas semanas, la crisis ha obligado a los agricultores a tirar toneladas de verdura en perfecto estado que no han podido vender. Para ayudar a los productores a capear estas dificultades, la Comisión Europea ha dispuesto un fondo de emergencia de 210 millones de euros, aunque la solución real es que los consumidores compren de nuevo tantas verduras como antes, o incluso más.
Más información sobre la campaña de información para recuperar la confianza del consumidor en frutas y hortalizas ( en inglés )
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