martes, 20 de junio de 2017

Declaración conjunta sobre el Día Mundial de los Refugiados 2017



Con ocasión del Día Mundial de los Refugiados, Frans Timmermans, vicepresidente primero, Federica Mogherini, Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y Vicepresidenta de la Comisión, Johannes Hahn, comisario de Política Europea de Vecindad y Negociaciones de Ampliación, Neven Mimica, comisario de Cooperación Internacional y Desarrollo, y Dimitris Avramopoulos, comisario de Migración y Asuntos de Interior, y ChristosStylianides, comisario de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, han formulado la declaración siguiente:

«Cuando celebramos 60 años de la unidad europea, no debemos olvidar que, solo unas generaciones atrás, muchos de nosotros también éramos refugiados en Europa, con el mismo deseo humano de escapar de los conflictos y la violencia, pero también de reconstruir nuestras vidas y buscar un futuro más seguro en libertad.
Hoy, en todo el mundo, más de 65 millones de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares como consecuencia de conflictos y de la violencia, de catástrofes naturales o de las muy reales consecuencias del cambio climático. Se trata de 65 millones de vidas, 65 millones de historias diferentes. Cuentan con nuestro apoyo, dentro y fuera de nuestras fronteras.
Como principal donante de ayuda mundial, la UE está proporcionando ayuda humanitaria y apoyo a largo plazo a refugiados y desplazados internos en todo el mundo. Trabajamos en estrecha colaboración con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y los socios internacionales y estamos contribuyendo al desarrollo del Pacto Mundial sobre Refugiados de las Naciones Unidas.
Nuestra ayuda llega a desplazados por conflictos en países desde Colombia a Afganistán, de Iraq a Yemen, de Somalia a Sudán del Sur y Libia. La Unión Europea ha movilizado cerca de 10 000 millones de euros para ayudar a personas que huyen de la guerra en Siria. La ayuda de la UE les proporciona acceso a la educación, atención sanitaria y repuesta a necesidades básicas. A través de este apoyo, la UE ofrece un medio de vida a millones de ciudadanos sirios en su país y en toda la región, al tiempo que hemos puesto en marcha proyectos a más largo plazo centrados en la inclusión social y la igualdad de género.
A lo largo de las rutas migratorias, estamos trabajando con urgencia para salvar la vida de las personas. Luchamos contra la redes de tráfico ilícito y estamos llevando a cabo operaciones de búsqueda y salvamento en el mar con el apoyo de la Guardia Europea de Fronteras y Costas y la operación militar de la Unión Europea en el Mediterráneo central meridional (EUNAVFOR MED operación SOPHIA). Estos esfuerzos ayudan a salvar miles de vidas cada mes.
Cuando pensamos en los refugiados, no debemos olvidar nunca de dónde proceden: muchos han huido de conflictos y del terror, otros han nacido en desplazamiento y solo conocen ser refugiados. Los más vulnerables son los niños y la Unión Europea proporción a millones de ellos educación, asistencia sanitaria y protección.
En 2016, los Estados miembros de la UE otorgaron protección a más de 700 000 solicitantes de asilo. En la Unión Europea nos hemos comprometido a proporcionar un refugio seguro a quienes necesitan protección, dentro del respeto de la Convención de Ginebra. Esta es la razón por la que debemos alcanzar sin demora un acuerdo sobre la reforma del Sistema Europeo Común de Asilo, basada en los principios de responsabilidad y solidaridad.
Al tiempo que mejoramos las condiciones de vida de los refugiados en Europa, estamos trabajando con nuestros Estados miembros para establecer más vías legales y seguras a fin de sustituir las peligrosas e irregulares rutas de tráfico ilícito. Más de 16 400 personas necesitadas de protección internacional ya se han reasentado en la Unión Europea desde julio de 2015, y la UE está en vías de cumplir su compromiso de 22 504 en septiembre de 2017. Además, la Comisión Europea ha propuesto un Marco de Reasentamiento de la UE para el futuro y confía en que los Estados miembros avancen en este sentido, de manera ambiciosa.
Se trata de un reto que ni los Estados miembros aisladamente, ni la Unión Europea, pueden afrentar solos: se precisa la acción global de la comunidad internacional. Solo compartiendo esa responsabilidad, se puede mantener la seguridad, la dignidad y los derechos humanos de los refugiados y proporcionar no solo un refugio a la mayoría de ellos, sino, sobre todo, una oportunidad de futuro a quienes más lo necesiten. Es una obligación moral, y también es la mejor inversión que podamos hacer en aras de nuestra propia seguridad y estabilidad».

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