Cada 19 de agosto, se celebra el Día Mundial de la Ayuda Humanitaria
en memoria de las víctimas del atentado, en 2003, contra la sede de las
Naciones Unidas en Bagdad (Irak), que causó la muerte de 22 personas, incluido
el Representante Especial de las Naciones Unidas en Irak, Sergio Vieira de
Mello.
En 2013, la Comisión Europea
ayudó a 124 millones de personas en más de 90 países y, este año, sigue
prestando asistencia a los más necesitados, incluyendo las víctimas de los
conflictos de Siria, la República Centroafricana y Sudán del Sur, los
supervivientes de las catástrofes naturales ocurridas en Asia, los afectados
por la inseguridad alimentaria en el Sahel y las poblaciones vulnerables
sumidas en crisis «olvidadas», como la difícil situación de los refugiados
colombianos o el conflicto de Kachin en Myanmar/Birmania.
Europa tiene una larga y destacada tradición de
servicio humanitario y es el lugar de origen de muchas de las organizaciones de
ayuda más famosas del mundo.
Los Estados miembros de la UE siempre se han comprometido
y han realizado generosas donaciones a las víctimas de situaciones de
emergencia.
El conjunto de la Unión Europea presta
ayuda humanitaria desde hace más de cuarenta años. En 1992, creó la Oficina de Ayuda
Humanitaria de la
Comunidad Europea (ECHO) para garantizar intervenciones más
rápidas y eficaces. En febrero de 2010, ECHO se convirtió en la Dirección General
de Ayuda Humanitaria y Protección Civil y se designó a Kristalina Georgieva
primera Comisaria Europea de Cooperación Internacional, Ayuda Humanitaria y
Respuesta a las Crisis.
En el curso de su actual mandato, la Comisión Europea
ha ayudado, cada año, a más de 120 millones de víctimas de catástrofes
naturales o provocadas por el hombre. Esto se ha logrado con menos del 1 % del
total del presupuesto anual de la
UE , poco más de 2 euros por ciudadano de la UE.
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